El capitalismo tal como lo conocemos ahora, crea su
base política, monetaria y financiera con los acuerdos de Breton Woods de 1944
y su parto principal fueron el Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial. Parte del lenguaje generado por esos organismos es la noción de
desarrollo que desde entonces hemos aceptado como “palabra del señor”:
Crecimiento económico por encima del % en que la población crece, modernización
de la infraestructura, aumento del intercambio comercial y avance hacia el
pleno empleo de los recursos, sean naturales, de capital o de mano de obra.
Pero eso cambió desde la crisis de precios del
petróleo de mediados de los 70’s y la razón es la misma, las crisis siempre
tienen a los pobres como víctimas y nunca a los grupos oligárquicos. De ahí la
necesidad de respuestas que no pasen por aquellos indicadores de crecimiento,
modernidad y empleo, porque esconden la realidad en los datos oficiales de la
macroeconomía. Y así surgió la noción de desarrollo local como alternativa
frente al concepto de desarrollo vigente.
Año 2014, a pesar del crecimiento de la economía,
la modernización de la infraestructura y el intercambio comercial, se confirma
el fracaso del enfoque de desarrollo neoliberal, pues lo que tenemos es una
desigualdad vergonzosa en la distribución de la riqueza y condenando cada vez a
más gente a vivir en situación de miseria. Según el Banco Central, al dividir
el ingreso nacional del 2013 por el total de familias, cada una habría recibido
Lps14,800/mes. Revise cuál es el ingreso real de la mayoría de las familias.
Pues bien, si el modelo solo funciona para unos
pocos, la mayoría debe buscar alternativas pero como no tiene el control del
Estado, lo hace desde donde le es posible, desde lo local y por local se
entiende todo lo sub-nacional que, siendo más específicos, se refiere a la
comunidad y al municipio como unidades territoriales. En ambos niveles existe
vida propia en todos los campos: Capital humano, físico y financiero, recursos naturales,
institucionalidad y sentido de pertenencia a esa comunidad o municipio.
Y Marcala cuenta en su territorio con todas esas
condiciones, así que solo queda preguntarnos lo que hace falta para impulsar
procesos de desarrollo local. Pues la respuesta que encuentro es que solo falta
que la Corporación Municipal asuma el liderazgo para hacer como suya la
problemática del desarrollo integral del municipio y defina e implemente una
hoja de ruta a seguir hasta generar dinámicas de gestión que alcancen resultados
concretos en las diferentes áreas del desarrollo que necesitamos.
Cierro con una frase ± conocida; “si no sabes para
dónde vas, terminarás en otra parte”, y en mi opinión los Marcalinos(as) no
sabemos para donde vamos y por eso estamos frente a la permanente amenaza de
que un día de estos se aparezca “un lista(a)” disfrazado de inversionista, con
la autorización del Estado para explotar ríos, aguas, bosques y yacimientos del
subsuelo que ni siquiera sabemos que tenemos en el municipio. ¿Cuánto vamos a
esperar para que eso pase?
Jorge Barralaga,
Correo: barralaga@yahoo.com
El Marcalino año 8, Edición 351
16 de julio del 2014
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