En las últimas semanas la población marcalina y de
La Sierra abandonó la rutina de los temas de siempre para seguirle la pista a
la cuestión de la instalación o no de la Universidad Nacional de Agricultura en
nuestro pueblo. Siendo justos, creo que siempre ha habido unanimidad en cuanto
al deseo de retener a la UNA, pues la diferencia está más bien en ceder o no
ceder el terreno que la Universidad calificó como idóneo; precisamente el que
ahora es usado para el futbol infantil.
Francamente, nunca antes vi reacciones tan rápidas
para ofrecer alternativas frente a la amenaza de perder la instalación de la
Universidad, lo cual es alentador porque queda claro que las municipalidades de
Marcala y Chinacla están dispuestas a tomar el chance en beneficio de todos
(as), COMSA dejó evidencia de su rol de empresa líder del departamento y
Pompeyo Bonilla y familia hicieron sentir su compromiso con Marcala y la
región, lo que se vería mucho mejor si retiraran la condición del nombre
propuesto.
Un punto sobre el que no se debe dudar es que si
los técnicos de la Universidad han calificado el sitio del campo Colón como el
idóneo, es allí donde debe hacerse la construcción de los módulos y a la
municipalidad solo le queda sanear la propiedad, si ese fuera el caso, y luego
traspasarla. Me parece que el dilema sobre las opciones de uso del terreno, la
cancha para el futbol infantil o la instalación de una Universidad, no tiene
comparación o balance en términos de impacto sobre el desarrollo.
Hay al menos 2 aspectos de ese impacto que debemos
destacar; el primero es social y tiene que ver con la
opción que miles de jóvenes tendrán de acceder a la Universidad y que ahora simplemente no lo pueden hacer. El
segundo aspecto es de tipo económico, en el sentido de desarrollar el capital
humano a nivel universitario como oferta de servicio directo a la producción y
además, incorporar a la educación universitaria como parte del sector servicios
de la economía del departamento de La Paz.
Por cierto, la ciencia económica clasifica a las
distintas actividades en 3 ramas o sectores; el primario que incluye a la
agricultura, silvicultura, caza, pesca y minería; el secundario que se refiere
a la industria o manufactura y luego está el sector terciario donde se ubica el
comercio y los servicios que también incluye a la educación. Ocurre que los
departamentos con mayor número de empleos en el sector terciario son también
los de mayor ingreso: Francisco Morazán, Cortes y Atlántida.
Por el contrario, los departamentos de menor
ingreso son precisamente los que concentran el empleo en el sector primario y
allí precisamente está el departamento de La Paz, junto a Lempira, Intibucá y
Santa Bárbara. Hacer este análisis es necesario para dimensionar mejor la
importancia que tiene hacer llegar la Universidad a Marcala; pues está llamada
a desarrollar el sector terciario de nuestra economía a partir del servicio de educación
superior. Señores (as), este es un tema de unanimidad y solo queda empujar.
Jorge
Barralaga,
correo:
barralaga@yahoo.com
13 de
agosto del 2014
El Marcalino año 8, Edición 355
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